CANALES IóNICOS EN CáNCER: CóMO LAS TOXINAS DE ESCORPIóN REGULAN LA ACTIVIDAD TUMORAL Y SU APLICACIóN TERAPéUTICA EN TRATAMIENTOS CON ESCOZUL COMO OPCIóN TERAPéUTICA COMPLEMENTARIA

Canales iónicos en cáncer: cómo las toxinas de escorpión regulan la actividad tumoral y su aplicación terapéutica en tratamientos con Escozul como opción terapéutica complementaria

Canales iónicos en cáncer: cómo las toxinas de escorpión regulan la actividad tumoral y su aplicación terapéutica en tratamientos con Escozul como opción terapéutica complementaria

Blog Article

Los canales iónicos como el sodio (Na⁺) y potasio (K⁺), implicados en múltiples funciones celulares, se están posicionando como nuevos objetivos terapéuticos en oncología.
Estos canales, también conocidos como oncochannels, han demostrado participar activamente en procesos como la proliferación celular, la migración, la angiogénesis y la resistencia a la apoptosis.

En paralelo, el uso de toxinas naturales derivadas de venenos animales se ha consolidado como un campo de gran interés farmacológico.
Un caso particular de esta línea de estudio es el compuesto Escozul, derivado del veneno del escorpión endémico de Cuba, ampliamente difundido en Colombia.

En este artículo académico, exploraremos en profundidad cómo actúan los canales iónicos Na⁺/K⁺ en distintos tipos de cáncer.
Estudiaremos cómo estas toxinas interfieren con los canales disfuncionales y su posible aplicación como base de fármacos anticancerígenos.

Especial atención se dedicará al caso de Escozul, un compuesto natural cuya formulación se basa en el veneno de *Rhopalurus junceus* y que ha sido utilizado en Colombia como complemento en terapias contra el cáncer.

Finalmente, el artículo cierra con una revisión académica que contextualiza estos hallazgos dentro de la farmacología oncológica actual.

Expresión anómala de canales voltaje-dependientes en tumores humanos:implicaciones clínicas y moleculares relevantes bajo revisión científica





Se denomina oncochannels a aquellos canales voltaje-dependientes cuya expresión o actividad se ve alterada significativamente en células cancerosas, contribuyendo a su progresión.
Su actividad aberrante les permite favorecer entornos tumorales más agresivos, con capacidad aumentada de metástasis y angiogénesis.

Estos oncochannels han sido mapeados en tejidos neoplásicos humanos, evidenciando su contribución a la biología tumoral en múltiples órganos.

Cáncer de mama

En el cáncer de mama, uno de los tipos más estudiados en relación con los oncochannels, se ha encontrado sobreexpresión de canales de sodio voltaje-dependientes (Nav1.5), los cuales promueven la invasión celular y la formación de metástasis.
Este tipo de canal iónico representa un blanco molecular potencial para estrategias terapéuticas basadas en toxinas bioactivas, como las presentes en el veneno de *Rhopalurus junceus*.

Cáncer de colon

Los canales Kv, y en particular Kv1.3, permiten una regulación fina del ambiente eléctrico intracelular, lo que repercute directamente en la capacidad de las células para dividirse rápidamente y evadir mecanismos apoptóticos.
La expresión de Kv1.3 en tumores intestinales refuerza la necesidad de estudiar moléculas bioactivas capaces de interferir con su actividad, un campo donde las toxinas escorpiónicas están siendo investigadas activamente.

Cáncer de próstata

El bloqueo de este canal ha resultado en una disminución significativa de la proliferación celular y del volumen tumoral en modelos preclínicos.
Teniendo en cuenta que Escozul ha sido empleado por pacientes con cáncer de próstata en Colombia, el estudio de su interacción con canales tipo hERG1 podría abrir nuevas hipótesis clínicas.

Glioblastoma

Kv10.1, en particular, se expresa casi exclusivamente en células tumorales, lo que lo convierte en un blanco altamente específico.
Estos hallazgos motivan una evaluación más rigurosa del papel de compuestos como Escozul en tumores cerebrales, dado su origen bioactivo y la creciente evidencia de su afinidad por estructuras celulares alteradas.

Péptidos del veneno de escorpión como herramientas terapéuticas anticáncer: su relación con Escozul y canales voltaje-dependientes


El estudio de toxinas derivadas de escorpiones ha revelado un conjunto de péptidos con actividad biológica de gran interés farmacológico.
Al interferir con la bioelectricidad celular, estas toxinas alteran rutas críticas asociadas a la progresión tumoral.

Clorotoxina (CTX)

Una de las toxinas más estudiadas es la clorotoxina (CTX), aislada del escorpión *Leiurus quinquestriatus*.
Su alta especificidad tumoral la ha llevado a ser utilizada en técnicas de diagnóstico como Tumor Paint y en ensayos clínicos en glioblastoma multiforme.
Estas propiedades inspiran el análisis de toxinas similares presentes en Escozul, dada la afinidad compartida por blancos iónicos alterados en tumores agresivos.

BmK CT (del escorpión *Buthus martensii karsh*)

Otro péptido bioactivo relevante es BmK CT, aislado del escorpión chino *Buthus martensii karsh*, ampliamente utilizado en la medicina tradicional asiática.
Además de su acción directa sobre el canal, BmK CT afecta la expresión de genes asociados a metástasis, como MMP-2 y VEGF, interrumpiendo la cascada que permite la angiogénesis tumoral.
Si bien no se ha identificado BmK CT en *Rhopalurus junceus*, la literatura científica sugiere que toxinas de estructura análoga podrían estar presentes y justificar el perfil bioactivo observado en estudios preclínicos con Escozul.

Otras toxinas con relevancia terapéutica

Además de CTX y BmK CT, toxinas como BmK AGAP, AaCtx, y Bengalin han mostrado efectos antitumorales al bloquear canales K⁺ y Ca²⁺ voltaje-dependientes.
Su selectividad sobre células malignas sin afectar tejidos normales las convierte en candidatas ideales para el desarrollo de terapias dirigidas.

Relación con Escozul

El compuesto Escozul, desarrollado a partir del veneno de *Rhopalurus junceus*, contiene un conjunto de toxinas aún no completamente caracterizadas, pero que en estudios realizados han mostrado efectos similares a los descritos con CTX y BmK CT.
Dado su origen natural y el hecho de que muchos colombianos acceden a Escozul como terapia complementaria, es fundamental entender las bases moleculares que podrían sustentar su acción.


Tratamientos con Escozul en Colombia:cómo se relaciona con los hallazgos sobre toxinas escorpiónicas



Originado en Cuba, el compuesto Escozul ha sido utilizado por miles de pacientes Puede obtener más información colombianos que buscan alternativas naturales con respaldo científico.
Aunque Escozul no se comercializa como medicamento, su uso bajo acompañamiento médico ha sido validado por protocolos clínicos no convencionales en Cuba y observado por instituciones colombianas.

Estudios previos han demostrado que el veneno de *Rhopalurus junceus* regula genes como *p53*, *bax*, *bcl-2* y *caspasa 3*, todos vinculados a mecanismos de muerte celular que involucran potenciales alteraciones iónicas.
Dada esta similitud funcional, la hipótesis de que Escozul ejerce parte de su acción mediante la inhibición o modulación de oncochannels resulta científicamente plausible.

En el contexto colombiano, Escozul ha sido adquirido por pacientes con diagnósticos como cáncer de mama, próstata, colon y cerebro, coincidiendo con los tipos donde los oncochannels presentan mayor desregulación.
Algunos pacientes lo utilizan bajo asesoría médica como coadyuvante de quimioterapia o radioterapia, reportando una mejora en calidad de vida, disminución del dolor y estabilización tumoral en ciertos casos.

El interés de la comunidad científica colombiana en terapias bioactivas ofrece una oportunidad única para vincular tradición y ciencia a través de estudios colaborativos con universidades y centros clínicos locales.
De validarse formalmente su interacción con oncochannels, Escozul podría posicionarse como una herramienta terapéutica de bajo costo con impacto en la atención oncológica del país.

Reflexión final y líneas futuras de estudio: implicaciones clínicas para el uso de Escozul en tratamientos complementarios


A lo largo de este artículo, se ha establecido una conexión clara entre los oncochannels —canales iónicos regulados por voltaje— y el desarrollo de múltiples tipos de cáncer, incluyendo tumores prevalentes en Colombia.
El vínculo entre moléculas escorpiónicas y la regulación de oncochannels se presenta como una intersección prometedora entre farmacología molecular, biotecnología y oncología traslacional.

Dado su uso frecuente en Colombia y el interés popular que genera, su estudio podría facilitar puentes entre medicina natural, farmacología académica y políticas de salud pública.

Para los centros de investigación, universidades y laboratorios colombianos, explorar el mecanismo de acción de Escozul a nivel de canalopatías oncológicas no solo sería un avance científico, sino también una contribución estratégica al acceso a terapias complementarias seguras, eficaces y accesibles.
Este enfoque también permitiría desarrollar variantes estandarizadas del compuesto, cumpliendo criterios internacionales de control de calidad, algo clave para su futura regulación sanitaria y su posible inclusión como coadyuvante oncológico en planes de atención integral.

La proyección de futuro es clara: establecer protocolos de estudio conjunto entre instituciones colombianas y cubanas, aplicar tecnologías ómicas para mapear los blancos moleculares del veneno de *Rhopalurus junceus*, y desarrollar ensayos clínicos piloto con pacientes seleccionados.
En última instancia, integrar las toxinas escorpiónicas dentro del arsenal terapéutico del cáncer, a partir de una validación rigurosa y contextualizada, puede ofrecer a los pacientes nuevas oportunidades de tratamiento, seguras y basadas en ciencia sólida.

Referencias


Díaz-García, A., Ruiz-Fuentes, J. L., Frión-Herrera, Y., Yglesias-Rivera, A., Riquenez Garlobo, Y., Rodríguez Sánchez, H., Rodríguez Aurrecochea, J. C., & López Fuentes, L. X. (2019). Rhopalurus junceus scorpion venom induces antitumor effect in vitro and in vivo against a murine mammary adenocarcinoma model. Iranian Journal of Basic Medical Sciences, 22(7), 759–765. https://doi.org/10.22038/ijbms.2019.33308.7956


Gámez-Valero, A., Campoy, I., Sánchez, A., & Beyer, K. (2020). Voltage‑Gated K+/Na+ Channels and Scorpion Venom Toxins in Cancer. Frontiers in Pharmacology, 11, 913. https://doi.org/10.3389/fphar.2020.00913


Gao, F., Li, H., Chen, Y., Yu, X., Wang, R., & Chen, X. (2009). Upregulation of PTEN involved in scorpion venom-induced apoptosis in a lymphoma cell line. Leukemia & Lymphoma, 50(4), 633–641. https://doi.org/10.1080/10428190902726789


Ding, J., Chua, P. J., Bay, B. H., & Gopalakrishnakone, P. (2014). Scorpion venoms as a potential source of novel cancer therapeutic compounds. Experimental Biology and Medicine, 239(4), 387–393. https://doi.org/10.1177/1535370214526223


D’Suze, G., Rosales, A., Salazar, V., & Sevcik, C. (2010). Apoptogenic peptides from Tytius discrepans scorpion venom acting against SKBR3 breast cancer cell line. Toxicon, 56(8), 1495–1505. https://doi.org/10.1016/j.toxicon.2010.07.010


Ortiz, E., Gurrola, G. B., Schwartz, E. F., & Possani, L. D. (2015). Scorpion venom components as potential candidates for drug development. Toxicon, 93, 125–135. https://doi.org/10.1016/j.toxicon.2014.11.233


Hmed, B., Serria, H., & Mounir, Z. (2013). Scorpion peptides: potential use for new drug development. Journal of Toxicology, 2013, 958797. https://doi.org/10.1155/2013/958797


Cohen-Inbar, O., & Zaaroor, M. (2016). Glioblastoma multiforme targeted therapy: The chlorotoxin story. Journal of Clinical Neuroscience, 33, 52–58. https://doi.org/10.1016/j.jocn.2016.04.007


Zargan, J., Sajad, M., Umar, S., Naime, M., Ali, S., & Khan, H. A. (2011). Scorpion (Odontobuthus doriae) venom induces apoptosis and inhibits DNA synthesis in human neuroblastoma cells. Molecular and Cellular Biochemistry, 348(1–2), 173–181. https://doi.org/10.1007/s11010-010-0646-8


Sun, N., Zhao, L., Qiao, W., Xing, Y., & Zhao, J. (2017). BmK CT and 125I-BmK CT suppress the invasion of glioma cells in vitro via matrix metalloproteinase-2. Molecular Medicine Reports, 15(4), 2703–2708. https://doi.org/10.3892/mmr.2017.6346



Report this page